miércoles, 24 de agosto de 2011

Càtedra: Nuevos enfoques en la intervención del trabajo social con familias. Ponente: Dr. Tomás Fernández

Para dar inicio a la cátedra el Dr. hizo mención que la estructura familiar ha ido cambiando debido al surgimiento de diversos factores socio-demográficos como:

· El retraso de la emancipación de la población española

· Las rupturas conyugales a causa de la liberación femenina que el dan autonomía y libertad laboral a la mujer.

· Las altas tazas de inmigración constante, etc.

Factores que modifican los estado civiles y una alteración en el ciclo vital de la familia que la llevan a presentar un cambio de roles a nivel local.

Como respuesta a estas modificaciones estructurales de la familia, el Dr. Tomás Fernández define una tipología específica de la familia:

a) Familias monoparentales: formadas por lo menos por un hijo de 18 años que convive con su padre o madre.

b) Familias adoptivas: dicho tipo va en aumento y los principales lugares de los que adoptan son China, Nepal, Rusia y Etiopia.

c) Familias homoparentales: familias formadas por progenitores del mismo sexo y que es la clasificación más moderna que se tiene de esta institución, algunas de sus ventajas es que existe una igualdad de roles, hay un reparto de tareas y el fomento de valores; pero así como tiene fortalezas, también existen debilidades que sufren los hijos de estos matrimonios, siendo estos objeto de estigmas y etiquetamientos sociales.

d) Familias reconstruidas: familia formada por dos adultos casados en donde uno tiene un enlace anterior, misma situación que atrae problemas derivados del matrimonio anterior.

e) Convivencia no parental: se da cuando una persona externa a la familia nuclear ocupa la función central, es representada por los abuelos debido a que ambos padres salen a trabajar.

Otra de las aportaciones que nos hace este reconocido autor es que las familias presentan rupturas conyugales debido a dos factores principales que son las crisis económicas que se viven en el seno familiar y los elevados precios de las viviendas que impiden que esta institución pueda acceder a este derecho. Respondiendo dicha situación a la organización social que se tenga en la que ciertos integrantes se ven beneficiados o afectados.

Es así como se perfila la vulnerabilidad a la que la familia esta expuesta y esta última no es más que la suma de los riesgos más la falta de capacidades de los miembros para resolver las problemáticas presentes en la familia. Al hablar de vulnerabilidad se habla de la carencia de capital social, de protección por parte del Estado y por la falta de conocimientos que tiene uno o varios miembros de este núcleo social.

Dentro del proceso de exclusión se distinguen tres zonas importantes: la zona de exclusión, la zona de vulnerabilidad y la zona de integración; mimas que actúan bajo tres dimensiones específicas: la dimensión estructural o económica, la dimensión contextual o social y la dimensión subjetiva.

Es por ello que el trabajador social debe de tener ene cuenta tanto la exclusión social como la vulnerabilidad para efectuar su proceder, es decir, para que pueda intervenir con la familia, además, debe de considerar que para poder entender los problemas de esta célula básica de la sociedad, deberá analizar el ciclo vital de la familia, ya que a partir de ahí se generan cambios relacionados con la reorganización de tareas, roles, reglas, límites y necesidades; elementos que van a marcar la pauta para que el trabajador social intervenga en la problemática que expresa la familia.