miércoles, 24 de agosto de 2011

El trabajador social atiende los problemas de orden administrativo, no lo social: Natividad Almanza

Dentro de la mesa redonda Políticas sectoriales, Natividad Almanza, profesora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, presentó un análisis de la intervención del Trabajo Social en el área de la salud titulado “Prácticas y discursos del Trabajo Social en los servicios de salud, un abordaje critico al proceso de institucionalización”.

Basada en la experiencia del trabajador social dentro del Instituto Mexicano de Seguro Social, Almanza señaló importante dilucidar los discursos y las intervenciones del trabajador social, ya que estos se encuentran insertos en un paradigma biomédico.

Este paradigma biomédico se ve reflejado al “identificar a las personas como pacientes, es decir, como pasivos”. Según la profesora, este término es del siglo XII y aun sigue muy vigente.

De igual forma, hace la crítica a estas concepciones al considerar que “el trabajador social está subordinado a los saberes médicos”. Por lo cual, “siendo un auxiliar del médico, el trabajador social explicará a las personas lo que no lograron entender” de las consultas, tratando a las personas como ignorantes.

Es por esta situación que la profesora de la UACM propone el “reconstruir y resignificar las prácticas del trabajador social en el área de la salud, para construir un nuevo paradigma”. De lo contrario, el trabajador social seguirá siendo un mecanismo de control en las instituciones de salud del Estado.

De forma clara y sin soslayar sus fundamentos, Almanza señala que los trabajadores sociales resultan ser “ejecutores administrativos que se olvidan del objeto de intervención”, ya que se preocupan más por satisfacer los procedimientos burocráticos que por atender la enfermedad de las personas. En este contexto, “el trabajador social atiende los problemas de orden administrativo, no lo social”.

Mientras tanto, la persona afectada además de preocuparse por su enfermedad, se preocupa por ser atendida y satisfacer los protocolos administrativos de las instituciones.

La Profesora Almanza finalizó señalando que estas situaciones obedecen a cuestiones estructurales del Estado, en las que violaciones a los derechos de salud se ven consumadas y la subordinación profesional y de las personas enfermas se matizan en un discurso institucional de bienestar.